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Gaceta Cartagonova: Ha Vuelto el GOL

…Y Son 20 Temporadas

PARECE que fue ayer, mas ya han pasado 20 temporadas, cuando La Gaceta Cartagonova vio la luz por vez primera. Un proyecto modesto que nació en la desaparecida imprenta Cervantes y con Portada Gaceta364mucha ilusión hemos visto (como la Puerta de Alcalá) pasar el tiempo. Un proyecto en el que partimos Diego Segovia y el que firma este artículo.

Y aún seguimos ambos en la brecha. Pero desde el principio con la colaboración de Pedro (El capi), Inma (siempre en la sombra). Inmi (al pie del puente) junto a Pedro López y Pablo (un fotógrafo que en los albores no levantaba un palmo), también arrimaron el hombro y son piezas angulares. Las horas robadas a la familia y el apoyo inestimable de muchos amigos (anunciantes) han hecho posible que lleguemos a este trascendental momento. Siempre con la esperanza de repetir experiencia en la LFP (y no digo ya en Primera, que sería la repera). Partimos con el Cartagonova y vivimos la desilusión del día del Córdoba, en tiempos de Florentino Manzano, Carlos Conesa, Luis Ruipérez y Chuchi Aranguren. Vivimos la llegada del ínclito Oliver y los suyos que quisieron “secuestrar “ La Gaceta Cartagonova y que pusieron al club al borde de la desaparición.

Los diez años de Paco Gómez (luces y sombras), con un play off fallido ante el Vecindario y la satisfacción del ascenso en Alcoy. El primer año rozando la gloria. Y un tercero plagado de enormes errores. La caída al pozo de la segunda B y las desilusiones de otros dos nuevos play off perdidos. Pero con la visita del Barça en la Copa del Rey.
Y lo que pudo ser el principio del fin, con la llegada del clan valenciano, salvados por la campana en el último suspiro en una dramática promoción de descenso en Las Palmas. Ya con Belmonte y Breis como propietarios.
Esa es, por consiguiente, las historias que cada quince días ha venido contado La Gaceta Cartagonova, la misma que en mi casa dicen que es mi cuarto hijo. Tal vez no les falte razón, porque horas le dedico, que ni te cuento. Y que no me importaría seguir dedicándole. ¡Aúpa Efesé!