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El campanario de Santa María estrena su matraca durante el canto de la Salve Cartagenera del Viernes Santo

Viernes 10 Abril 2020  |  Visto: 1.076 veces  |  V�deo   |  Versi�n Imprimible



La matraca la Iglesia de Santa María de Gracia ha sonado esta noche por primera en Semana Santa, después de que tras la restauración de la fachada del templo, se haya dotado a su campanario de este antiguo elemento de aviso a los feligreses que sustituye al toque de campanas, durante la vigilia de la resurrección, según la liturgia cristiana.

Desde que comenzó la Semana Santa el pasado Viernes de Dolores, la apertura de puertas de la iglesia se ha venido anunciando con un volteo de campanas, para que los ciudadanos entonasen la salve cartagenera desde los balcones de sus viviendas, excepto ayer Jueves Santo que ya se sustituyó por un toque de oración o de difuntos.

Hoy Viernes Santo y mañana Sábado de Gloria, el anuncio se ha realizado por medio de esta matraca o carraca, consistente en una cruz de madera que gira y va siendo golpeada por unos mazos que asemejan el sonido del martilleo  los clavos de Cristo. Se trata de una tradición que se había perdido hace muchos años y que ha vuelto a recuperarse

A partir de las 20:45 horas el Ayuntamiento de Cartagena, en colaboración con la emisora local Onda Cartagena ha realizado un programa que ha podido seguirse en directo a través de los canales municipales de Yotube y Facebook, y en el 87,5 de FM

Ha habido entrevistas telefónicas a los presidentes de la Virgen de la Soledad y del Santo Sepulcro, dos de las agrupaciones que hubieran desfilado hoy en la procesión el Santo Entierro.

Sobre las 20:59  se ha iniciado el toque de la matraca, que ha dado paso al tradicional cohete y a la apertura de las puertas de Santa María, al ritmo de un tambor sordo. A continuación se ha entonado la salve cartagenera, que ha concluido con el himno nacional.

El Ayuntamiento de Cartagena realiza estas retransmisiones de acuerdo con el bando dictado por la alcaldesa, Ana Belén Castejón, para que, aunque se hubieses suspendido las procesiones por la crisis sanitaria del coronavirus, los ciudadanos engalanaran sus balcones y pudieran revivir todas las noches desde sus balcones la tradición más antigua que mantienen los cartageneros con especial unanimidad.